No me olvides

Taller de Bicicletas
Una tarde común, cuando el ruido nos resigna a pensar y sobre todo la conexión inalámbrica felizmente nos abandona, nos ponemos a analizar la posibilidad de haber tomado otra decisión aquella madrugada que subimos al autobús Díaz Donaire nuestra maleta llena de apetencias desiguales a la quietud inercial que produce ver a la gente huir.
Nos reencontramos con los días que transitamos por Minas de Oro, los amigos que surcamos al par de historias que en un mismo trabajo manual costuramos. Por supuesto, es difícil olvidar la efusión que despertó en nosotros una Semana Mayor blasfemada por sardinas con sabor a delantal en la llanura de la poza mal conocida como Marihuana.

Cada coincidencia en que encontramos amigos que nunca huyeron de su pueblo analizamos en sus ojos canela el transitar inevitable de la vida. No eran diferentes a nosotros, quebramos los mismos cristales, hurtamos caña del mismo potrero, arrebatamos piojos en la misma quebrada. Simplemente nos diferenciamos porque ellos continúan siendo residentes de nuestro pueblo, nosotros residentes de la Web. Comen de su habilidad para coser zapatos, de su astucia en vender mercadería o su desgaste nocturno para impartir la misma clase de los últimos doce años a los rostros inocentes de niños que parecen clonarse en un mismo capítulo todos los años.

Ellos se preguntan, que hubiera pasado de haber emigrado. Lamentan no sucederse en el mismo riesgo, obstruir sus estudios y aún piensan haber desperdiciado algunos amores citadinos. Y en ese lamento piensan primero en nosotros, los que salimos para estar cerca; siempre en el istmo centroamericano cual gatos en fogón ajeno creyendo que nuestro legado no puede estar más distante a tres zonas geodésicas. Luego piensan y generalmente nos confunden con los otros, que mojando algo más que sus pies emigraron al norte, para atraparse en el mundo de muchos que casi todo olvidan. Más por despecho que por placer.

Los que salimos no somos diferentes a los que se quedaron, extrañamos los extremos pero sufrimos las mismas posiciones en directa proporción. El estrés nuestro por la hipoteca vencida, el espanto del desempleo, la rozadura de la tarjeta de crédito y por no cometer el pecado de olvidar. En ellos se agiganta con el apremio por comer algo más que bananos del huerto, por catapultar sus retoños a la universidad, por pagar la mitad de la cuenta en la pulpería y por no ser olvidados por nosotros.

Ellos son residentes de Minas de Oro, vecinos de los Esquíences, Sanluisences y Potrereños. Se ven una vez al año, en la feria, en el campeonato o en la inevitable casualidad. Nosotros pernoctamos en la web, extranjeros donde vayamos, vehementes por tropezar un día entre tanto correo innecesario con una carta a la antigua, con saliva en la estampilla y papel barato del supermercado ROCAJOS. Que al menos diga lo que sabemos oír:

No me olvides.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

HolA Golgi
Esta muy lindo y real tu escrito.
Tengo el gusto de ir a Minas de Oro dos veces al año y recordar cada momento que vivi alli en mi niñez y adolecencia con mucha nostalgia, asi que leer tu nota me ha transportado a un mundo que compartimos en diferentes tiempo y que aunque ha cambiado su aspecto fisico con el tiempo los recuerdos de lo que vivimos alli estan tan frescos porque son eternos. Una epoca maravillosa de nuestra vida que sin lugar a dudas fue el cimiento fuerte que nos ha permitido salir adelante..SIN OLVIDAR.

Anónimo dijo...

Hola, recien me entero que los minaorenses tenemos una espectacular pagina en la web, a mi me llena de mucho orgullo cuando alguien me pregunta de donde soy y yo les contesto del pueblo mas bello del mundo, mi querido Minas de Oro, he pasado horas y horas escudriñando cada rincon de la pagina y me he encontrado cosas espectaculares, actualmente vivo en Tegucigalpa y casi no voy a mi pueblo por mi trabajo, pero algo si es seguro, en cada oportunidad que tengo visito mi tierra, un saludo a todos los mineros.
mmzuniga@ups-scs.com

Anónimo dijo...

Un saludo a toda la gente de mi pueblo querido y lindo del cual tengo muchos recuerdos gracias a las personas q han creado esta pagina porq puedo ver las personas y sus lindos lugares desde aca de lekeland fl en los Estados Unidos. Alexis Donaire ajde_91@yahoo.com

Anónimo dijo...

Hola soy ex alumna de IEMO tengo bellos recuerdos de Minas De Oro, los felicito por esta pagina, saludos a Enue Gomez, Oscar Rubio, Sandra, Miriam, Cleopatra, Nidia Diaz, Ferdinando, Ricardo Martinez, Ritza.
Bello Minas! Los felicito por esta pagina :)

HELU dijo...

yo también estudie en IEMO AÑOS 81,82,83 nunca se me olvida cuando iba a espantar las vacas cuando iba a aterrizar la avioneta haya por el campo cuando baja vamos mangos y manzanitas cuando íbamos para el comedor o cuando tocaban la puerta del internado para no dejarnos encerrados bueno tantas cosas que hacia bueno H LANZA

Anónimo dijo...

Pues yo, muchas veces, sobre todo en los ochenta, cuando me
preguntaban de dónde soy, mi respuesta automática era: de Minas de Oro, aunque nací en Siguatepeque. Y es que los casi seis años que viví en este lindo pueblo, marcaron mi vida para siempre. Dios me llevó allí en medio de una tragedia para sanar mi corazón, para confirmarme el gran privilegio que me había dado, ser hija del Rey de Reyes y Señor de señores; y llamarme a servirle.Amo a Minas de Oro, con todo lo que encierra, nunca he podido volver, pero ahora que encontré esta página, lo estoy considerando seriamente. Iré a Minas, a sentarme en la piedra de la ballena, espero que no la hayan removido. A disfrutar viendo los adelantos del pueblo, su gente, y a derramar unas lágrimas por nuestro querido IEMO. Seguro.Lizeth Erazo

Anónimo dijo...

Pues yo, muchas veces, sobre todo en los ochenta, cuando me
preguntaban de dónde soy, mi respuesta automática era: de Minas de Oro, aunque nací en Siguatepeque. Y es que los casi seis años que viví en este lindo pueblo, marcaron mi vida para siempre. Dios me llevó allí en medio de una tragedia para sanar mi corazón, para confirmarme el gran privilegio que me había dado, ser hija del Rey de Reyes y Señor de señores; y llamarme a servirle.Amo a Minas de Oro, con todo lo que encierra, nunca he podido volver, pero ahora que encontré esta página, lo estoy considerando seriamente. Iré a Minas, a sentarme en la piedra de la ballena, espero que no la hayan removido. A disfrutar viendo los adelantos del pueblo, su gente, y a derramar unas lágrimas por nuestro querido IEMO. Seguro. Lizeth Erazo